Nos queda mucho camino, pero la igualdad de oportunidades está ya cerca

Esta es la entrevista realizada a Mónica de Oriol, presidente de la Fundación Vizcaína Aguirre, para el periódico de Deusto Business Alumni, tras su nombramiento. En ella, nos habla sobre los aires de renovación en la institución, la tercera edición del Premio a la Mejora d la Calidad de Vida en Bizkaia 2020, sus aportaciones a diferentes actividades de la sociedad…entre otros temas

Ha sido nombrada recientemente presidente de la Fundación Vizcaína Aguirre, junto con los cargos de vicepresidente y secretaria, tres mujeres al frente ¿nuevos aires de cambio?

Sin duda. En las generaciones anteriores, era impensable. Salvo algunas excepciones que son las que afortunadamente nos abrieron el camino y rompieron moldes seculares, la mujer de clase media y alta, no trabajaba fuera de casa y no se formaba formalmente. Muchas eran cultas pero no universitarias ni gestoras. Su ocupación era a menudo la filantropía, pero en el campo asistencial y en la trastienda. En las clases mas humildes, sí que la mujer ha trabajado desde el principio de la historia en la agricultura y con la revolución industrial, en las fábricas que se llenaron.
La revolución silenciosa del acceso de la mujer a su profesionalización, y por tanto , a tener capacidad de competir como persona en el mundo laboral es reciente: apenas tiene unos años en el mundo occidental y está aún por llegar en la mayoría de los países emergentes. No ha sido un cambio drástico si no gradual, pero continuado, creciente, acelerándose en cada década. Nos queda mucho camino pero la igualdad de oportunidades está ya cerca.
En la FVA somos un ejemplo. En la generación de nuestro padres, no había ninguna. Ahora somos 3 de 6. No es una paridad buscada. Es una paridad que se ha alcanzado con naturalidad. A nosotras sí que nos ha aplicado esa igualdad.


Fundación Vizcaína Aguirre, Deusto Business School y Alumni DBA, ¿una relación duradera a lo largo de muchos años y de futuro?


Desde nuestro bisabuelo, Pedro de Icaza y Aguirre hasta hoy han pasado 4 generaciones y siempre ha habido razones para mantener este vínculo que nació de una voluntad del fundador de aportar recursos para que la formación de las personas con vocación empresarial sea integral: conocimientos al más alto nivel y valores que una escuela regida por Jesuitas puede aportar.

En breve se pondrá en marcha la 3ª edición del Premio a la Mejora de la Calidad de Vida en Bizkaia 2020, organizado por vosotros y ¿con un gran éxito de participantes en convocatorias anteriores?


En el 2020 abriremos la 3º convocatoria y esperamos que haya muchos candidatos. El premio es un reconocimiento a personas e instituciones que trascienden su vida cotidiana para dejar un mundo algo mejor del que encontraron.
Esta época está dominada por titulares siempre negativos que reflejan una sociedad dominada por políticos, empresarios o instituciones enfermos. Nuestro premio es un paso en la dirección contraria: poner bajo los focos que hay gente maravillosa haciendo grandes cosas. El premio busca dar relevancia a estas historias como referentes inspiracionales. A animar a todos a saber que hay historia bonitas, ejemplares. A animarnos a todos a querer parecernos a ellos.
 

Siempre ayudando a los estudiantes, a hospitales, a centros de arte, recientemente con una donación al Museo de Bellas Artes de Bilbao…¿tienen en mente ampliar a otro tipo de actividades sus aportaciones?

Estamos abiertos a cualquier iniciativa que encaje en nuestro espíritu fundacional: mejorar la calidad de vida de los vizcaínos. Los proyectos hasta ahora son los que son: en el futuro, quien sabe. Nada está cerrado.

Si pudieras decidir la inclusión de una asignatura en la universidad, ¿cuál sería?
Necesitamos lideres empresariales que sepan hablar en público con naturalidad y fuerza, que conozcan los resortes psicológicos de las personas para que puedan despertar en los equipos su mejor versión, sin miedo al fracaso. Son los “soft skills” de que tanto se habla y tan poco se hace. Incrementaría las horas dedicadas al desarrollo de estas habilidades, a más ejercicios de autoconocimiento, a talleres y teatros de juegos de rol…


¿Con tu experiencia empresarial, qué recomiendas a las nuevas generaciones que salen de la facultad?


Que arriesguen, que piensen en cada acción, cómo pueden mejorarla, cómo se optimiza cada proceso. Que alcen la voz contra la rutina, el hacer las cosas porque siempre se han hecho así, que se asomen a otros sectores para aprender. Que mantengan un trabajo que les enriquece y en el que saben que ellos enriquecen a la empresa y que si no es el caso, que abandonen y busquen otro. Con valentía. Que sepan que su vida universitaria ha terminado, pero que la vida es aprender cada día. Que dediquen un rato de su tiempo a seguir formándose.