La Fundación Vizcaína Aguirre dona Hanging Figures de Juan Muñoz al Museo de Bellas Artes de Bilbao
El martes 22 de octubre, el Patronato de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao aprobó la incorporación de la Fundación Vizcaína Aguirre como nuevo patrono del museo y aceptó su propuesta de donación de la obra titulada Hanging Figures (Figuras colgantes) (1997) de Juan Muñoz, un artista, que hasta ahora no estaba representado en los fondos de escultura contemporánea del museo.
Por este motivo, Unai Rementeria, diputado general de Bizkaia y presidente de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao, ha dado la bienvenida a la Fundación Vizcaína Aguirre y a la importante donación de una obra representativa de la trayectoria de Juan Muñoz, unánimemente considerado como una figura fundamental en la renovación de las prácticas escultóricas internacionales de las tres últimas décadas del siglo XX. Hanging Figures se ha exhibido desde octubre del año pasado dentro del programa ‘La Obra Invitada’. Instalada en el hall del edificio antiguo, la obra pasa ahora a formar parte de la colección del museo, y a mantener así un diálogo permanente con el espacio arquitectónico, gracias a la donación de la Fundación Vizcaína Aguirre.
En memoria y homenaje a su fundador, y como reconocimiento a este mecenazgo ejemplar, el vestíbulo de entrada al museo se denominará a partir de ahora “Hall Pedro de Icaza y Aguirre”. De este modo, la Fundación Vizcaína Aguirre retoma su vinculación con el museo, que se remonta al año 2001, fecha en la que se creó el Patronato. En ese momento, y hasta 2015, fue patrono con el objetivo de poner en marcha el proyecto ARTEDER Base de Datos de Arte Vasco, un recurso de estudio y documentación que ya es de referencia para la investigación y difusión de la creación artística de nuestro entorno.
La Fundación Vizcaína Aguirre reafirma ahora su compromiso con la cultura y con el Museo de Bellas Artes de Bilbao al entrar de nuevo a formar parte del patronato y al donar esta obra destacada de uno de los grandes renovadores de la escultura contemporánea internacional.
Cada figura pesa 20 kilos aproximadamente Museo de Bellas Artes de Bilbao Dos figuras humanas realizadas en resina, con rasgos y vestimentas indiferenciados permanecen suspendidas a 4,5 m del techo por sogas que salen de su boca. Transmiten al espectador una soledad y una extrañeza que responden a dos intereses fundamentales del artista: la representación trascendente de la figura humana y la alteración de la forma habitual de contemplar la escultura. Al mismo tiempo, la tridimensionalidad de la obra actúa intensamente con el espacio en el que está expuesta, otra de las constantes del trabajo del artista.