Universidad Comercial de Deusto, Su Razón de Ser
El desarrollo que han tenido en el pasado siglo las relaciones todas económicas, con el industrialismo, la regularidad y difusión de las vías de comunicación, y la multitud de instituciones bancarias, de crédito y previsión, ha llegado a punto tal que no hay nadie que pueda eximirse de tomar parte más o menos activa en ese movimiento. Esas relaciones forman hoy la urdimbre más fuerte que enlaza los pueblos del mundo, y el Estado que más hilos de ella posea será el más poderoso y aquel cuya influencia se deje sentir con más empuje lo mismo en el mundo político que en el predominio de ideas filosóficas, artísticas y sociales.
Dentro de ese vivo movimiento económico internacional no hay duda de que España por su posición geográfica, situada entre la vieja Europa, América llena de vida y crecimiento enorme, y Africa cuya entrada en la civilización con la explotación de sus inmensas riquezas es labor ya breve, está llamada a tener un comercio por extremo desarrollado. Su lengua, tan extendida que no hay nación comercial que no la aprenda, le abre las puertas de América, de Marruecos y de buena parte de Turquía y de los países balcánicos. De su desarrollo comercial depende, pues, el engrandecimiento de España; y la unión espiritual con los países americanos, en esas relaciones han de hallar su fundamento, como ellas han de servir de canales que mantengan vivas las corrientes de la civilización hispano•americana.
Estas razones y otras mil que podrían aducirse en ese orden, supieron prever los prácticos talentos de D. Pedro y D. Domingo G. de Aguirre, quienes con su laboriosidad y modestia reunían un práctico sentido de la realidad, una probidad intachable y un amor probado a la tierra vizcaína que les vió nacer.
Por eso, dando forma D. Pedro de Aguirre al pensamiento de ambos, encomendó a su sobrino D. Pedro de Icaza y Aguirre la ejecución de su proyecto de fundar una Universidad Comercial; y ésta es la que ha formado la FUNDACIÓN VIZCAÍNA AGUIRRE constituida con los bienes a ese fin legados, bajo el patronato de D. Pedro de Icaza.